La legendaria marca Faber-Castell,
resuena en el oído de todos, siendo fácilmente reconocida por el público. Esta
marca conocida, a pesar de que en este momento es una de las marcas más
exitosas de materiales de escritorio y arte, tuvo un largo recorrido para
llegar a donde está. Esta larga historia empieza 250 años atrás.
En el año 1761, en un taller artesanal de madera cerca de
Núremberg, Kasper Faber comienza a fabricar los primeros lápices de grafito. En
el año 1840, el descendiente de Faber, Lothar von Faber, crea el lápiz que se
convierte en el primer útil del mundo, estableciendo normas de longitud,
diámetro y gradaciones de las minas.
En 1849, la heredera de la empresa, Ottilie von Faber se casa con
el Conde Alexander zu Castell-Rüdenhausen, creando así la marca Faber-Castell,
teniendo en cuenta el testamento del abuelo de Ottilie, Lothar, en el cual se
expresaba su deseo para que el apellido Faber permaneciera en la marca.
En 1905, el conde Alexander, crea el modelo de lápices Castell
9000 los cuales eran de máxima calidad. siendo director ejecutivo. Estos
lápices fueron característicos por su revestimiento verde.
El conde
también fue partícipe del encargo de los “Dos caballeros” que hasta ahora se
los aprecia en el logo de la marca.
Es desde ese momento, y gracias a diferentes delegaciones que
distribuyen los productos de esta marca, que se ha vuelto la principal empresa
fabricante de lápices de gráfito y color. En este momento, el conde Anton Wolfgang vonFaber – Castell, asume la
responsabilidad de ser la cabeza de la empresa.
Té de Tías - María Claudia
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