La adaptación por Jorge Ali de "Crónica de
una muerte anunciada" que se dio en el Teatro Británico durante el 2011 resulta
una propuesta sólida de diseño
inteligente para un teatro de escenario pequeño y una obra de gran numero de
personajes.
Este es un famoso libro del escritor colombiano
Gabriel García Márquez que trata de un pueblo caribeño donde todo el mundo sabe
que se cometerá un crimen, menos la víctima. El hecho trágico esta al escrutinio
de este pequeño pueblo, que juzga y crea hipótesis acerca del acto.
Me resulta interesante la puesta en escena
planteada por la fidelidad que mantiene con el estilo del libro (los matices
del realismo mágico de García Márquez se hacen presente mediante los cánticos
ceremoniales que hacen en coro los actores para marcar momentos), el manejo de
un amplio elenco de personajes distribuidos de forma inteligente en el
escenario, todos situados en una suerte de tribunal que nos da una idea del
modo en que se interrelacionan los personajes del pequeño pueblo. Todos opinan
y son espectadores pasivos de los actos de los demás.
Para la
escenografía se creo como una plaza de toros, las tribunas iban hacia lo alto y
ahí se colocaban los personajes. Esto también marca una jerarquía en cuanto a
los principales representantes del pueblo.
Ver video:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=U_WU0xK16eI
La plaza de toros como escenario principal
resalta el impulso de la obra, la violencia y la impunidad. El asesinato es a
causa de una venganza, por el honor de una joven a la que se le había despojado
su virginidad antes de su boda. El público (el pueblo) acude con morbo a ver lo
que sucede, se habla también de defender el honor, de costumbres y tradiciones que
agreden y transgreden. De una religiosidad que se aplica de forma hipócrita.
(Los sucesos de la obra se dan en la antesala de la visita de un obispo que
tiene a todos los pueblerinos emocionados por su carácter católico pero que sin
embargo, son indolentes a la injusticia que se va a cometer).
La luz general suele ser amarilla,
contextualizando, brindándole un aspecto cálido, como la de un paisaje
caribeño, sin embargo se tiñe de destellos blancos, al aparecer el la victima,
vestida de blanco, haciendo alusión a su condición de muerto o al mostrar
figuras como el obispo y la cruz, seres divinos. Así también, se tiñe de rojo
para los momentos de lujuria y sobre todo, en el momento del asesinato, con una
iluminación más contrastada y dramática.
Ana Sofía Villanueva Imafuku
20100638
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